Publicado por Capital Humano, Nº 363, Sección Crecimiento profesional / Artículos, Abril 2021, Wolters Kluwer
El mundo que conocemos se está transformando a gran velocidad como consecuencia de la irrupción de tecnologías avanzadas aplicadas en la automatización de procesos y una nueva relación entre humanos, máquinas y algoritmos, que impacta de lleno en el empleo y las competencias que se requieren para desempeñarlo.
Se estima que para 2025, pueden emerger 100 millones de nuevas profesiones que se adapten mejor a ello, a la vez que desaparezcan 85 millones de empleos hoy existentes. Eso es según los datos recopilados por LinkedIn, Coursera y el Foro Económico Mundial en el Informe del futuro del empleo 2020. Pero esto no es algo que sucederá a partir de mañana, cuando hayamos conseguido doblegar la crisis sanitaria provocada por la Covid-19. Es algo que está sucediendo ya hoy y la pandemia no ha hecho más que acelerarlo.
En este contexto, hasta 375 millones de trabajadores o el 14% de la fuerza laboral mundial necesitaría desarrollar nuevas habilidades, según el McKinsey Global Institute. Se requieren nuevas habilidades para ayudar a las empresas a funcionar y prosperar en un mundo cada vez más virtual. La formación deberá ser en gran medida digital y se necesita la ayuda de aquellos que tienen la capacidad de educar y la infraestructura para que la formación esté disponible a nivel mundial. Así las grandes tecnológicas han sido relevantes protagonistas de este periodo y lo serán aún más en el futuro.
Es cierto que la pandemia ha acelerado la incorporación de tecnologías digitales habilitadoras de la comunicación y el trabajo colaborativo, que ha permitido que muchas empresas pudieran sostener su operativa con notables garantías para todos sus stakeholders. Aún así, la adopción de tecnologías avanzadas de inteligencia artificial, blockchain, realidad aumentada o de inteligencia cognitiva todavía forman parte de la realidad de muy pocas empresas, las más avanzadas, sin duda.
Durante la próxima década, una parte no despreciable de los puestos de trabajo de nueva creación estarán en ocupaciones totalmente nuevas o en ocupaciones existentes que experimentarán transformaciones significativas en cuanto a sus requisitos de contenido y de habilidades para su óptimo desempeño, de acuerdo con este informe.
Una realidad desafiante moldea los nuevos retos a afrontar
Algunas claves pueden explicar la transformación que en el contexto de pandemia y en la postpandemia pueden influir en los cambios que se produzcan en nuestra forma de trabajar:
- Trabajo remoto combinado con el trabajo presencial. A principios de 2020, menos del 5% de los trabajadores realizaban su trabajo de forma remota. Ahora, más de la mitad de los trabajadores del conocimiento trabajan de forma remota. El teletrabajo ha resultado una novedad para muchas empresas y trabajadores. Requiere formas de pensar y colaborar muy diferentes y la demanda aún mayor de habilidades sociales como la comunicación, la relación, la empatía y la flexibilidad. También, descubrimos que requiere un aprendizaje a la hora de equilibrar las horas de trabajo dedicadas y la productividad, con un equilibrio sostenible con la vida familiar y el incremento del agotamiento y de los sentimientos de aislamiento. A su vez, abre una enorme oportunidad para una mayor flexibilidad en cuanto a la ubicación geográfica (de tanto interés para los territorios de baja población) y la inclusión de colectivos infrarepresentados, como trabajadores con capacidades especiales o con enfermedades crónicas. Con seguridad, estas dinámicas cambiantes pasarán a la vanguardia de las prioridades de los departamentos de RR.HH. en los próximos años.
- La automatización y la inteligencia artificial potenciarán el lado humano del empleo. Gran parte de la conversación sobre el empleo en la Cuarta Revolución Industrial gira en torno a la importancia de los llamados trabajadores del conocimiento y el trabajo basado en las competencias netamente humanas, como son la creatividad, el pensamiento crítico, la resolución de problemas o la resiliencia. Si bien las tecnologías inteligentes eliminarán parte del trabajo manual, estas competencias aumentarán en el desempeño óptimo de muchos de los empleos existentes y emergentes.
- Flexibilización en la relación entre empleadores y empleados. En otros tiempos, el trabajo independiente se consideraba un último recurso para las personas que se desempeñaban en roles tradicionales. Ahora, las personas más talentosas apuestan por sí mismas. El trabajo autónomo ofrece agilidad a las empresas que deben adaptarse a desafíos sobrevenidos y brinda mayor libertad a los profesionales que desean relaciones de trabajo flexibles y remotas y experimentar un estilo de vida más acorde con sus valores.
- La economía verde. Durante la última década, la transformación digital ha incidido en la evolución de las empresas hacia modelos de base tecnológica. A estas se sumarán, en la próxima década, transformaciones similares en sus políticas y estrategias de sostenibilidad. A medida que toda empresa se convierta en una empresa ecológica, las organizaciones deberán capacitar a los trabajadores de “cuello verde” para que combinen habilidades tecnológicas con capacitación específica de dominio en procesos respetuosos con el medio ambiente, afectando a todos los sectores.
Los empleos emergentes en la nueva realidad
Acelerada por la pandemia, la nueva realidad que emerge como consecuencia de los desafíos que definirán el futuro del entorno laboral y de las características del empleo, permiten identificar una demanda de roles en crecimiento, que incluyen analistas de datos y científicos de datos, especialistas en inteligencia artificial y aprendizaje automático, ingenieros en robótica, desarrolladores de software y aplicaciones y especialistas en transformación digital.
El tránsito de los empleos tradicionales a los nuevos empleos será más fácil en unas profesiones que en otras. Según dicho informe, profesiones relacionadas con los datos y la inteligencia artificial, el desarrollo de productos o la computación en la nube, donde la transición «no requieren una combinación completa de habilidades entre la ocupación de origen y destino», resultarán más fáciles para sus ocupantes. Otros grupos profesionales emergentes conllevan más dificultades de acceso, en tanto que requieren un conjunto de habilidades muy específicas.
Más del 70% de las personas que evolucionan hacia familias profesionales cuyo foco es el desarrollo de productos, la ciencia de datos o la inteligencia artificial, sectores más nuevos y en constante evolución dentro del mercado laboral, provienen de diferentes ámbitos laborales. Es común que las personas que se mueven hacia los datos y la inteligencia artificial carezcan de habilidades clave en estas disciplinas, si provienen de ámbitos profesionales alejados, pero asegura que es posible dominarlas, dentro de un período de tiempo relativamente corto.
Sin embargo, las profesiones relacionadas con la ingeniería y con personas y cultura organizacional son significativamente más bajas, con un 19% y 26%, respectivamente. Esto se debe a que este tipo de empleos están bastante establecidos y el mercado laboral ha tenido tiempo de crear canales que favorezcan el flujo del talento y el desarrollo de las personas para desempeñar estos roles.
Resiliencia como competencia para afrontar los nuevos desafíos
Aunque los trabajos del mañana reflejan la adopción de nuevas tecnologías, según dicho estudio, las personas empleadas buscan cada vez más aprender habilidades de autogestión y desarrollo personal, como son la meditación, el mindfulness, la gratitud, la amabilidad o la escucha. Todas ellas constituyen un cuerpo de habilidades que potencian la capacidad de resiliencia para afrontar los retos y desafíos del entorno. Se encuentran, además, entre las 10 áreas de enfoque principales, en contraste con las habilidades más técnicas que se identificaron en años anteriores.
Por su lado, aquellos que están desempleados han seguido enfatizando las habilidades relevantes para trabajos emergentes en ingeniería, computación en la nube, datos e inteligencia artificial.
En definitiva, durante generaciones pasamos el primer tercio de nuestras vidas adquiriendo los títulos universitarios que necesitamos para encontrar trabajo. Estos títulos hoy no son más que sellos en nuestros pasaportes profesionales que, es cierto, un día allanaron el camino de nuestro tránsito profesional. Hoy todo esto ya no es relevante y, mucho menos, lo será en el futuro inmediato. El futuro no tendrá que ver con los títulos sino con las habilidades demostrables y mantenerse plenamente capacitado en un mundo rápidamente en cambio será fundamental para garantizar la empleabilidad de cualquier profesional.