Días antes de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 en España, escribía este artículo que hoy publica la revista Capital Humano. Con una economía mundial en jaque y la pérdida de 834.000 empleos en España en el mes de marzo, el peor dato de la historia, cualquier previsión anterior al 14 de marzo ha quedado completamente superada. A pesar de ello, comparto esta reflexión y las informaciones que hasta entonces teníamos disponibles.
La incertidumbre en el crecimiento se manifiesta como el factor que más preocupa a los CEO mundiales, de acuerdo con el último 23rd Annual Global CEO Survey PWC, elevándose hasta el 53% en 2020, cuando en 2018 se situaba en 5%, cuando había alcanzado unos niveles de confianza máximos del 57%, desde los inicios del estudio.
En España, la tendencia no es diferente, incluso se acentúa. Un 73% de los CEO entrevistados consideran que los ingresos de sus compañías se reducirán a lo largo de este ejercicio, un 71% que la ralentización será moderada sin entrar en recesión, y hasta un 78% de estos, consideran que la economía global empeorará.
En este contexto el incremento de las capacidades de las personas en las organizaciones emerge como una de las estrategias para afrontar los retos empresariales. Se calcula que a mediados de la década de 2030, el 30% de los empleos están potencialmente en riesgo de desaparecer como consecuencia de la automatización. Sin embargo, solo el 18% de los CEO entrevistados globalmente y el 20% de los españoles, dice haber realizado progresos significativos a la hora de poner en marcha programas de upskilling.
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